Imagen tomada de la revista SEMANA
Después de la revolución, "la gran desilusión". Padura, uno de los
escritores cubanos más famosos del mundo, relata desde hace 30 años la
desilusión de una isla que nunca quiso abandonar.
"Mi generación creció en esa ilusión de utopía y después sufrió una
gran desilusión, un gran desencanto", explicó a la AFP el novelista de
barba blanca.
Nacido en La Habana en 1955, cuatro años antes de la revolución de
Fidel Castro, creó en 1990, justo después de la caída del Muro de
Berlín, el personaje de Mario Conde, un inspector alcohólico y
melancólico. El país se vio muy afectado por la desaparición de la URSS y
sus aliados comunistas, con una terrible escasez de alimentos.
"La melancolía de Mario Conde está muy justificada históricamente. Él
creció en un mundo en que creíamos que la utopía era posible. O porque
eramos muy creyentes o porque estábamos muy engañados. Pero pensábamos
que ese mundo de igualdad, de solidaridad, era posible".